miércoles, 2 de noviembre de 2011

El diario ABC publica el nombre de una víctima de violencia machista y el nº de habitación del hospital donde estaba ingresada

El diario ABC ha traspasado hoy  la frontera de lo ético y lo razonable y no en una información política sino en una noticia publicada en la sección de Madrid titulada "Pánico en la habitación 810" donde se publica el nombre y la edad de una mujer víctima de violencia machista, e incluso el número de la habitación de hospital donde estaba ingresada (para colmo, en el titular).
Ya en la web es el despiporre, y como no sabían como clasificar semejante "información" la han metido en "Ciencia".
La noticia narra como un hombre se cuela en el hospital La Paz para agredir e intentar matar a su expareja, su huida y la posterior detención a las pocas horas.

La autora, muy buena periodista y buena persona (lo quiero dejar claro ya porque no tengo nada contra ella), se ha equivocado, en mi opinión, al tratar un tema tan peliagudo de manera sensacionalista y al publicar datos sensibles que sinceramente espero,  no le facilitara la propia Policía.

Los numerosos informes y manuales para periodistas elaborados en seminarios y universidades que tratan sobre cómo escribir sobre la violencia machista dicen tajantemente que lo primero y más importante es proteger a la víctima.


En este informe (por poner uno de ejemplo) de la secretaria de la Comisión de Asuntos Profesionales y Deontológicos de la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE)  dicen: "Los expertos en psiquiatría reiteran que informar con más o menos pormenores sobre casos de violencia de género puede animar a potenciales maltratadores a repetir estas actuaciones" o "Evitar el sensacionalismo y el morbo tanto en el contenido (redacción) como en las formas (imágenes fotográficas y televisivas). Los testimonios de vecinos y allegados no son más que puro morbo sin valor probatorio", y "Hay que preservar la intimidad y procurar el anonimato de la víctima".


No entiendo pues, que en este artículo, se diga el nombre de pila y las dos iniciales de sus apellidos, así como la edad y nacionalidad de la agredida.

Según me ha contado una muy buena fuente, la autora de la noticia u otro profesional de ABC contactó con la víctima por teléfono al poco del suceso y como la mujer les contó la historia decidieron publicar la "superexclusiva", obviando todos los límites éticos que la sociedad y la profesión demandan de un medio de comunicación.

Aquí podéis ver la noticia en su versión digital (en papel ocupaba una página entera con el titular bien grande) y juzgar vosotros mismos.

Y aquí tenéis la misma noticia contada en un teletipo sin literatura ni adjetivos y sin mencionar datos comprometidos de la víctima. ¿Qué os parece?

Espero que esto sirva para continuar con la crítica constructiva a los medios de comunicación y así los periodistas españoles vayamos siendo un poquito mejores cada día y no al revés.

Y espero que ningún compañero se enfade, pues esto no es personal, el propio Fernando Jaúregui, afamado periodista y candidato a la presidencia de la Asociación de la Prensa, escribió el otro día que la primera crítica debe ser entre compañeros para mantener un mínimo nivel de calidad.